Wickah estaba acostumbrada a no recibir nada sin tener que luchar por ello. Durante toda su vida, como protectora de las criaturas del pantano, había tenido que luchar por cada pequeña cosa que quería para ellos. Aunque eso no significa que no haya logrado un par de victorias.

Tras amenazar al consejo de protectores del Bosque cardinal con una invasión, consiguió por fin sentarse a la mesa y pudo dar voz a sus protegidos. Esta victoria le permitió mejorar considerablemente la situación del pantano. Los recursos de otros lugares del bosque por fin estaban llegando al pantano.

Pero ese proceso se interrumpió cuando se produjo la explosión de lutum. El pantano fue una de las zonas más afectadas, pero todos estaban demasiado ocupados con su propia limpieza y restauración como para prestarles atención. Todos volvieron a dar la espalda al pantano a pesar de que necesitaba ayuda urgentemente. Wickah hizo todo lo que estaba en su mano. Se pasaba día y noche coordinando a sus protegidos y solo salía del pantano para buscar ayuda, pero no tuvo suerte. King Daeron, los Aventureros... todos los vecinos cercanos estaban inmersos en la batalla contra la corrupción. Ella y sus monstruos se habían quedado solos y abandonados de nuevo.

Fue en plena crisis cuando Warmaster Remntar y Junsuina Kaori aparecieron por el pantano. Al principio Wickah pensó que King Daeron por fin había enviado ayuda, pero se equivocó. De hecho, habían venido para pedirle un favor: querían que guardara la espada de el Señor en el pantano para que ni él ni sus sirvientes pudieran encontrarla.

Esa fue la gota que colmó el vaso para Wickah. Después de negarle cualquier tipo de ayuda, le pedían que ayudara y pusiera a sus queridas criaturas del pantano en peligro extremo, convirtiéndolas en el único obstáculo entre el Señor y su reliquia.

¿Qué ocurriría cuando el Señor lo descubriera y sus sirvientes asaltaran el pantano? ¿Vendría alguien a defender a sus habitantes? ¡Claro que no! ¡Estos visitantes solo querían evitar que el conflicto se produjera en sus propios hogares!

Pero Remntar no le dio tiempo a Wickah para decir lo que estaba pensando. Simplemente le dio la espada. Y así fue como ocurrió: cuando la espada entró en contacto con su furiosa piel, Wickah se transformó en Anwrikah. Ahora tenía suficiente poder para proteger la espada, pero no quería hacerlo. No había perdido su excepcional inteligencia durante la transformación y se le había ocurrido un plan. Utilizaría la espada como herramienta de negociación. Tal vez ahora alguien la escucharía. Quizás el Señor estaría dispuesto a ayudarles a cambio de su preciada reliquia. Al fin y al cabo, tal y como Anwrikah sabía, nadie iba a ayudarles sin recibir algo a cambio.

Anwrikah es una atacante de natura que puede aplicar ceguera a sus enemigos, aplicarles daño triple y otorgar potenciador del daño y precisión a sus aliados. Tiene un rasgo de evolución: en el rango 0 posee esquivar área, en el rango 1 obtiene tercer ojo y en el rango 3 se convierte en una ejecutora de estados que aplica veneno a todos los enemigos al principio de la batalla.