Katsuko fue siempre el más débil de la academia de sumo. Seguía incluso una dieta estricta de leche y pescado, pero no surgió ningún efecto. Físicamente era fuerte, pero no destacaba porque su maestro, Oikawa, lo atormentaba a diario, ridiculizándolo frente a toda la clase. Cuando Katsuko no pudo soportarlo más, decidió escapar de la academia.

Intentó salir por un pequeño agujero que había debajo de la valla, pero su cuerpo era demasiado grande y se quedó atascado. Empezó a escarbar la tierra que había debajo para hacer el agujero más grande, pero la tierra que levantaba con sus patas lo intoxicaba. No parecía tierra normal. Era una especie de polvo brillante que inundaba sus pulmones. Tras un par de segundos sin poder respirar, Katsuko se compuso. Tomó impulso una vez más y salió disparado del agujero de la valla. Fue como si de repente hubiera adquirido la fuerza que le había faltado toda su vida. Ahora se sentía preparado para convertirse en el mejor luchador de sumo, pero antes de reclamar ese título, había una cosa que tenía que hacer: ¡destruir a su malvado maestro, Oikawa!

Katsuko es un tanque de luz que puede ganar y otorgar escudos a sus aliados mientras provoca daño a sus enemigos, ¡especialmente a otros tanques! Katsuko tiene un rasgo de evolución: en el rango 0 es inmune a la posesión. En el rango 1 se convierte en endurecido y en el rango 3 obtiene un escudo al principio de cada batalla.