Knightingale siempre había querido ser una superheroína: los villanos la temerían y otros héroes la admirarían. Tenía el talento y la voluntad necesarios, pero le faltaba una sola cosa: ¡un superpoder único! Así que pensó: "Solo necesito un pequeño empujón y un toque de magia para conseguirlo. Haría cualquier cosa por convertirme en una superheroína". Malair, el mayor supervillano de todos, se enteró de su ferviente deseo y decidió aprovecharse de ello.

“Puedo proporcionarte la gloria que estás buscando. Todos te adorarán. Solo tienes que venir conmigo a mi guarida", dijo Malair.

La oferta era demasiado tentadora, así que Knightingale siguió a Malair hasta su escondite. Tenía un traje de superheroína hecho a medida para ella, y cuando se lo puso, Malair le enseñó una pequeña gema en forma de lágrima. "¡En cuanto coloque esto en el centro de tu máscara, serás una superheroína!" Lo que no mencionó fue que, al ser él quien activaba la gema de ámbar, obedecería a sus propios deseos y no a los de Knightingale. ¿Y cuál sería su superpoder? Las cuchilladas letales.

Y esa es la historia de cómo Malair creó a su primer supervillano mítico. Nunca debiste haberte fiado de él, Knightingale.

Knightingale es una atacante de tinieblas con habilidades de turno extra. Con la combinación correcta puede atacar hasta 4 veces seguidas y provocar daño, aplicar sangrado a un enemigo, aplicar pesadillas a todos los enemigos e incluso deshacerse de sus efectos de estado negativos y obtener regeneración de energía. Knightingale tiene un rasgo de evolución: en el rango 0 está endurecida, en el rango 1 se convierte en inmune al sangrado y en el rango 3 obtiene potenciador del daño al principio de cada batalla.