Los villanos también tienen remordimientos de consciencia. Malair a veces se siente mal por todo los problemas que ha causado a monstruos inocentes. Ya sabes, solo actos insignificantes de los que se siente culpable, como intentar destruir el mundo constantemente, robarles sus pertenencias más preciadas... cosas así.

Un día, mientras miraba su vitrina de tesoros robados, pensó: "Si mi madre estuviera viva, no estaría nada orgullosa de mí". Suspiró y comenzó a alejarse. De repente, algo comenzó a temblar dentro de la vitrina. Malair se giró, pero solo vio un polvo brillante que flotaba en su interior. Estaba acostumbrado a ver efectos mágicos extraños en su guarida, así que se encogió de hombros y siguió caminando.

Sin embargo, meses después de aquel insignificante incidente, sonó el timbre de la guarida de los Supervillanos. Malair abrió la puerta y se quedó boquiabierto. Era una de las hechiceras más poderosas de la historia, Froma, o como él la llamaba... "Mamá". La última vez que había visto a su madre fue en su funeral.

"Jovencito, no pienses que no sé en lo que te has convertido. ¡Has echado a perder mi legado!" —dijo y, sin esperar una respuesta, se dio la vuelta y comenzó a caminar.

"¿Mamá? ¡Mamá! ¿Estás viva? ¿Cómo es posible? ¿A dónde vas?" —dijo Malair, perplejo.

"Voy a recuperar mi honor. Me niego a que me recuerden por... bueno, por ti". —dijo con desprecio, y despareció en la oscuridad de la noche.

"¡Mamá, espera! ¡Perdóname!"

Pero Froma nunca se dio la vuelta.

Froma es un monstruo de apoyo mágico con evasión y habilidades de eliminación de efectos positivos. Puede ayudar a sus aliados eliminando sus efectos de estado negativos o proporcionándoles evasión, pero también puede inhabilitar un rasgo de un enemigo al mismo tiempo que le aplica maldición. Froma tiene un rasgo de evolución: En el rango 0 es inmune al noqueo, en el rango 1 está endurecida y en el rango 3 se convierte en una ejecutora de estados con regeneración de energía de área.