Durante muchos años, Thalassa gobernó sin conflicto los reinos acuáticos hasta que, un buen día, recibió la llamada del resto de Warmasters. Debía partir junto a ellos para luchar contra los Titanes. ¿Quién gobernaría en los reinos durante su ausencia? Thetys, su hija, era heredera al trono, aunque solamente tenía 13 años. ¿Cómo iba a afrontar todos los contratiempos y alzarse como líder respetable? Thalassa decidió nombrar a su lugarteniente, Hydratila, como regente hasta que Thetys cumpliera 16 años. Incluso esa edad le parecía un poco precoz para convertirse en la dirigente de una comunidad tan importante. Sin embargo, también pensaba que era legítimo que alguien de la familia se sentara en el trono lo antes posible dado que ella, seguramente, tardaría años en regresar a su hogar.

Dejando atrás este panorama, Thalassa partió al encuentro del resto de Warmasters e Hydratila se hizo cargo de los reinos acuáticos. Durante tres años, gobernó con entereza y ecuanimidad. Y Thetys crecía añorando a su madre y sin tener una figura cercana de autoridad que le ayudara a discernir el bien y el mal. Se convirtió en una jovencita bastante problemática. Al ser hija de Thalassa, Thetys tenía todo lo que pedía sin que se le cuestionara o se le diera ninguna respuesta negativa.

Pasaron los años y Thetys cumplió los 16. La cuestión era: ¿estaba preparada para ser la líder de los reinos acuáticos? Seguramente no, pero ella sí se veía preparada y estaba impaciente por hacerse con el trono y convertirse en General Thetys. Además, nadie osaba contradecirla. En el mismo momento en que se sentó en el trono, anunció que todo se haría como ella ordenara. Lo primero que hizo fue destituir a Hydratila. También expulsó a toda la guardia de confianza de su madre. Hydrok, de quien se burlaba llamándole "The Forgotten", fue expulsado el mismo día.

La recién autoproclamada General Thetys colocó a todos sus amigos en los rangos más altos del ejército. Su mascota fue nombrada lugarteniente y Anaitis, su mejor amiga, se convirtió en su principal consejera. Durante sus primeros meses de gobierno y las primeras batallas, Hydratila, que había sido degradado a soldado raso, se opuso a sus movimientos. Debido a esta oposición, lo desterraron con los Némesis, como si fuera un criminal. A partir de ese momento, Thetys pudo hacer lo que quisiera. Y su mayor deseo era hacerse cada vez más rica. Explotó los recursos de sus reinos hasta que se agotaron. A su pueblo ya no le quedó nada. Pasaron los años y, al fin, Hydratila volvió con fuerzas y poderes renovados para poner fin al reinado de caos y tensión generado por Thetys. Acabó derrotándola, pero no lo recibieron como él esperaba. Un sector de la población ansiaba la estabilidad que proporcionaba Hydratila, pero el otro quería que Thetys fuera la dirigente ya que era la heredera legítima de Thalassa. Ese trono no le pertenecía a Hydratila. Él había retomado el poder, pero estaba gobernando a un pueblo dividido. El caos y la tensión no se desvanecieron como él y los suyos habían pensado en un principio. Y eso lo convertía en un gobernante débil.

Ahora, tras años de inestabilidad, se ha obrado un milagro: el retorno de Thalassa. Y lo que ha encontrado a su vuelta en los reinos acuáticos le ha hecho tremendamente desdichada. Su hija se ha convertido en una pésima dirigente, su lugarteniente ha recuperado el trono empleando la violencia... Es ella quien tiene que resolver este entuerto. Su nueva misión es reunificar los reinos acuáticos. Y para ello, deberá emplear sus habilidades de Warmaster. Thalassa es un monstruo de control de agua que duplica la energía máxima de todos los aliados al principio de la batalla y los vuelve inmunes ante la congelación. Tiene, además, un rasgo único y que emplea solamente para sí misma: está endurecida.

Controla el ritmo de la batalla con sus habilidades de congelación y megacongelación. Además, puede hacer más fuertes a sus aliados aplicándoles odiacongelación y precisión. Thalassa es como una ola: puede eliminar los efectos de estados positivos y negativos a placer. Es una ola tan enorme que puede llevarse consigo los rasgos de sus enemigos.