De niña, Anna era frágil y solitaria. La mayor parte de su infancia la pasó sin amigos, después conoció a Patrick y se pasaban todo el día jugando a juegos de mesa para pasar el rato. Y entonces, ambos se adentraron en uno de los juegos y Patrick acabó conviertiéndose en Burning Rogue y Anna Dungeon Master. Se convirtió en una odiosa criatura que solo buscaba que los otros monstruos le obedecieran y le siguieran. En sus viajes descubrió las mazmorras donde pasó días retando a todos los monstruos que encontraba hasta que se convirtió en la dueña del lugar. Desde entonces se hizo con el control de las mazmorras y es feliz explorando las debilidades de los monstruos y sus maestros mediante trampas y reyertas.
En la batalla queda reflejada su personalidad controladora. Cuando los aliados de este monstruo del control lo tratan con respeto, ella los ayuda desactivando todas sus recuperaciones. En cuanto a sus enemigos, hace con ellos sus peores trucos: los frustra activando sus recuperaciones y anulando su precisión.
En la batalla queda reflejada su personalidad controladora. Cuando los aliados de este monstruo del control lo tratan con respeto, ella los ayuda desactivando todas sus recuperaciones. En cuanto a sus enemigos, hace con ellos sus peores trucos: los frustra activando sus recuperaciones y anulando su precisión.