Muerte McBlood era un adolescente normal hasta que Fampira se enamoró de él. Se obsesionó tanto que le lanzó un hechizo de confusión para que él también se enamorara de ella. La primera vez que se besaron, ella lo infectó con sus colmillos vampíricos y lo convirtió en un necrófago con un apetito de sangre voraz y que es capaz de olerla a kilómetros de distancia. Es insaciable a la par que letal. Al menos, hacen una pareja maravillosa.

En la batalla, Muerte tiene habilidades para quitar la vida y es capaz de provocarle daño a todo el equipo enemigo; además, puede ampliar este daño otorgándose el doble de daño a sí mismo. Y como colofón final, cuando no quiere que nadie le moleste, se añade un último truco: la evasión.