Gangsterosaurus se enfureció cuando su hijo Alfredosaurus le comunicó que no se dedicaría al negocio familiar. Él quería ser luchador como su ídolo, Plymouth. No lo podía creer: ¿cómo iba a preferir su hijo enfundarse en unas mallas antes que en un carísimo traje italiano digno de su familia? ¿Cómo iba a querer entrenar en un mugroso local antes que tener montañas de billetes y una colección de armas? 

Gangsterousaurus, por desgracia, no pudo hacer nada para parar a Alfredosaurus porque encima ese ya no era su nombre. Su nombre artístico era El Dino Volador, un apasionado luchador destinado a hacerse más grande que su ídolo Plymouth. 

El Dino Volador no tiene comparación cuando se trata del combate cuerpo a cuerpo. Cuando golpea, golpea duro, noqueando y aturdiendo a sus enemigos. También fomenta el espectáculo aumentando, e incluso doblando, el daño que provoca.